sábado, 11 de marzo de 2017

LA DUALIDAD MASÓNICA

A: L:.G:.D:.G:.A..D:.U:.

Por: Felas du Richard


Las enseñanzas masónicas se enfocan en pulir el diamante en bruto de la personalidad humana utilizando un progresivo proceso de códigos instalados en símbolos y signos de la pirámide evolutiva. El Dualismo es la base del pensamiento filosófico que admite dos principios, como el día y la noche, donde  coexisten dos elementos diferentes, opuestos, idóneos y complementarios dentro  de su misma naturaleza. El Unicismo es el vértice piramidal que explica el origen y destino causal de la identidad humana.

Base y vértice de la pirámide evolutiva de 13 peldaños


De todos los símbolos masones el ajedrezado es el símbolo más representativo de las erudiciones masónicas que idealiza la esencia generosa de la estructuración humana. Es el símbolo postrado a los pies del Iniciado para activar la alquimia de la transformación del hombre donde confluyen los frutos de las herramientas utilizadas en la construcción del templo. El ajedrezado es el paradigma masón que recuerda el principio blanco y negro de la dualidad que desde el antiguo Egipto aparece en los santuarios iniciáticos y al que se hiciera tanto énfasis en las enseñanzas del señor Budha Siddartha Gautama. Es el “tablero de ajedrez”, o arcaico tablón de los perfeccionistas arquitectos donde se efectuaban las sagradas ceremonias iniciáticas en las Logias masónicas. 

Piso ajedrezado rodeado de tres pilares y símbolos masones


El blanco y negro de la dualidad se identifica en el juego de la vida (ajedrez) en forma de polaridad positiva o negativa y a manera de aprendizaje, ya que circulando en el marco de la experiencia es cuando el Ser adquiere una sólida madurez emocional, hasta discernir conscientemente que la dualidad conlleva a la unidad cuando se reconozca la presencia divina morando en la profundidad de su anhelada realidad y se supere la naturaleza humana presente en el genoma dela manifestación.


El ajedrezado implica la luna y el sol, el bien y el mal,  el ying  y el yang, lo humano y lo divino, hembra y varón, arrogancia y humildad, ignorancia y erudición, noche y día pero sustancialmente implica la existencia de dos personalidades: la humana sensual manipulada por los sentidos y por las emociones y  manifestadas en el tiempo (cuadro negro), y la superna personalidad divina representada en la conciencia krística (cuadro blanco) que reposa en el corazón y es manifestada en la eternidad.


Las alas son el símbolo de la personalidad divina mientras la clepsidra representa el símbolo del tiempo o la personalidad sensual. Cuando se va el tiempo queda la inmortalidad. El estadio donde se juega esta encarnación  se realiza sobre un ajedrezado, el sentido oculto del ajedrez humano.


“Cuando el tiempo se agota para la criatura mortal vendrá la muerte. Los huesos del cráneo y de la cruz son un recordatorio constante  que la naturaleza espiritual obtiene la liberación solo después de la muerte filosófica de la personalidad sensual del hombre.” Albert Pike (1809-1891)


Jolly Roger es el nombre asignado a la primera bandera pirata que de carácter intimidante fue utilizada en América y Europa y que de manera vedada aparece como símbolo del veneno, pero relativo a lo profanamente prohibido. Este es un símbolo masón. La calavera no significa muerte sino vida y las dos tibias cruzadas corresponden a la Cruz roja Templaria de brazos iguales, formando ángulos rectos y con sus cuatro bordes terminados de forma corazonada. 


En el primer grado de Aprendiz, el candidato masón viste de blanco y negro al igual que los dos colores del piso ajedrezado, representando manifestada la polaridad material  en el bien y el mal, cuyo péndulo humano de la dualidad es su lucha permanente transitando entre estas dos energías.


El Aprendiz sublimado es el arcángel Mikael interactuando en el ajedrez de sus imperativos ideales y cuyo objetivo se plasma en dominar el principio de la dualidad. El principiante masón necesita vencer la tentación que ostenta la mentira y la vanidad para iniciar su transitar hacia vértice de Horus donde la conciencia humana es un fiel reflejo de riqueza universal. Vencer la mentira y dominar la condición humana de la vanidad son los recursos básicos para la ejercer la rectitud. El método es muy sencillo: observe, razone, aprenda y actúe. Observe pasivamente ejercitando la atención, razone dulcemente con el corazón, aprenda alimentando inquebrantablemente el intelecto y actúa siempre prudente ante la conciencia que todo lo ve y todo lo sabe, en Honor y Gloria del G:.A:.D:.U:. 


En el segundo grado el masón camina en el filo de la dualidad, abriendo paso entre lo superfluo y lo verdadero, tomando responsabilidad de sus loables y altruistas pasos de integridad al manifestarse en esta dimensión hasta sentirse libre. El péndulo  se detiene vibrando en su misma línea, desactivando así su propio movimiento pendular pero con tendencia a ubicarse y ampliar la inmaculada superficie de su personalidad enmarcada en el inalienable concepto  de la libertad.


En el tercer grado, el maestro masón camina flotando sobre el ajedrezado de su impecable identidad humana, apoyado con la maestría adquirida del conocimiento y el dominio de la dualidad. El maestro Élus Cohen es un S:.I:. íntimamente asociado con obligaciones sacerdotales que debe necesariamente cumplir, reconociendo su maestría en el desarrollo de su altruista evolución. Debe posicionarse por encima del bien y del mal, de las atracciones mórbidas de los sentidos, del temor y del vicio,  de la ignorancia y de las emociones fluctuantes de placer y dolor al que está sometido el hombre cuando está siendo víctima de las tendencias materiales. En la maestría se activa la conciencia y la fuerza krística se enardece en el corazón humano; se ilumina la personalidad divina como un enceguecedor sol separado de las nubes de la inconsistencia pero en ansiosa búsqueda del vértice unicista de la pirámide. Ahora es cuando nace el noble y verdadero concepto de la igualdad donde fraternalmente tratando se ser iguales causalmente todos somos Uno.



ETIOLOGÍA DEL AJEDREZADO

La pugna entre el bien (+) y el mal (--) ha sido la eterna constante de la ecuación humana donde causalmente el mal se ha posicionado prioritariamente en este planeta de tercera dimensión. ¿Pero, de dónde proviene el aspecto negativo y cómo se obtiene la gracia del efecto positivo?


Recordemos que todo lo que existe (+ ó -) tiene una sola fuente: la voluntad de El Emanador en cada molécula quántica de la existencia, ya que no se concibe un dios para lo negativo y otro para lo positivo. El Todo es emanación de un único Emanador. El tablero de la evolución es un juego ajedrezado entre opuestos en el cual la falacia de la mentira esconde y justifica a la verdad. Es la metamorfosis evolutiva la que hace posible discriminar polaridades como requisito para ascender en la infinita pero necesaria carrera para alcanzar la excelsa meta de la realización,  sutilmente plasmada en los sephiroth, los senderos y las ocultas connotaciones incorporadas en la enriquecedora estructura  del diagrama del Árbol de la Vida.


Los seres de este planeta y de todos los demás coexistimos evolutivamente en 13 dimensiones, algo similar a las muñecas rusas Matrioshkas que se caracterizan porque al ser huecas albergan en su interior otra muñeca idéntica y así sucesivamente en números impares.

Las dimensiones uno y dos pertenecen al mundo de los Kliphoth o demoníacas energías de antivalores y de criaturas del bajo astral -mundos de la oscuridad- donde la mentira, la arrogancia, la vanidad, la ira, la violencia, la ignorancia, la envidia, el engaño y la maldad son la norma válida de su negada perfección, haciendo de ese dantesco infierno su permanente hábitat de convivencia.


Son muchos los congéneres nuestros, algunos aparentemente inteligentes y teóricamente progresistas, que viven invadidos y sumidos en sus absurdas huestes negativas provenientes de dimensiones inferiores, y quienes lamentablemente se niegan a cambiar pues la mentira y el auto-engaño son fachadas permisivas para justificar su amarga falsedad; son personas víctimas de sus propias corrientes involutivas quienes por correspondencia  pertenecerán por eones a la fauna de la tercera dimensión.

Fotografía del planeta Tierra autorizada por la NASA


En la tercera dimensión como la actual dimensión  de nuestro  convulsionado planeta, y de otros planetas de expiación, el mayor porcentaje de la convivencia y la interrelación humana está sujeta al imperio del mal pero donde el prójimo de mente abierta y altruista puede controlar y dominar haciendo uso de su voluntad en un status de libre albedrío. La cuarta dimensión es el comodín del karma donde a través del proceso de idas y retornos (reencarnación) se hace corrección de los antecedentes negativos y de los deseos insatisfechos, hasta vibrar exactamente en frecuencias adaptables y consecuentes con la quinta y sexta dimensión.


En la séptima dimensión se encuentra nuestro verdadero YO SUPERIOR,  Quien es la inspiración de la rectitud y de las virtudes dadivosas. Es nuestro mismo  Ser dimensional a Quien alcanzamos caminando entre plegarias, comportamientos sublimes y servicios desinteresados. Las siguientes dimensiones corresponden a hitos en la evolución más allá del bien y la verdad hasta fundirse con el indescriptible e inimaginable origen en El Emanador, Energía de la eternidad, filosóficamente el Anciano de los siglos.

A través de la mente y el poder de nuestra voluntad penetramos, mediante portales mentales dimensionales, al mundo de los Kliphoth quienes por nuestros indeseables descontroles emocionales ingresan por un vórtice negro en forma de espiral a formar parte de nuestro irascible bajo comportamiento, tomando posesión de la psiquis, la mente y el soma.



Igualmente, por el poder de nuestra voluntad pero a través del corazón y  mediante portales dimensionales,  ingresamos hacia el infinito de la luz, el bien, la verdad y la inmensidad, mediante un vórtice blanco en forma de espiral a contactar con nuestro YO SUPERIOR,  y formar parte de nuestro interminable periplo evolutivo hacia frecuencias insospechadas del Pléroma.


Es este el verdadero y profundo significado de las cuadrículas blancas y negras del ajedrezado que recuerdan y obligan al Iniciado la necesidad de identificar sofismas y mantener comportamientos cada vez más nobles, enmarcados de rectitud, verdad, libertad,  justicia, orden y belleza donde la humildad y la excelencia dignifiquen intensamente sus más nobles ideales.

Que todos seamos eternamente felices.


Felas du Richard
Caballero Masones Élus Cohen del Universo
República de Colombia, junio del 2016, año masónico 6016



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