sábado, 16 de agosto de 2014

LA ESCALA DE JACOB

LA ESCALA DE JACOB

                              (1)                                                       (2)                                                 (3)

(Aporte formativo del MQH I:. y P:. Felas du Richard)

El símbolo de la Escala de Jacob inicia su recorrido místico desde el sueño bíblico del patriarca Jacob, (Génesis 28, 11-19) cuando en su periplo onírico observaba figuras angélicas que ascendían y descendían por una escalera (fig. 3) cuya base era la tierra con un final que penetraba el cielo. Este símbolo fue posteriormente utilizado en la masonería para enaltecer en el Iniciado masón el correcto pragmatismo de las virtudes hacia un equilibrio del Ser en su ascenso evolutivo.

Existen dos enfoques a los que se refiere el simbolismo de la Escala de Jacob. El primero ubica al masón entre Jakin y Boaz  (fig.1) ascendiendo una escalera de siete peldaños donde la base de la escala se ubica discerniendo entre el bien y el mal, ying y yang,  conveniente e inconveniente, simbolizado en el piso ajedrezado. Los siete peldaños corresponden con las virtudes: fortaleza, prudencia, justicia, templanza, fe, caridad y esperanza como requisito básico de la formación masónica.

El segundo enfoque es cabalístico (fig. 2) haciendo relación a 33 peldaños, conformados por 10 sephiroth,  22 senderos interactuando simultáneamente en cuatro universos paralelos de diferentes frecuencias dimensionales, y 1 Gran luz Ilimitada (Ayin sophur). El enfoque de la Kabbalh involucra la experiencia de los senderos sumada a la sabiduría de los sephiroth para alcanzar la Emanación. 

Cada peldaño simultáneamente implica a cada uno de los 33 grados masónicos del Rito Escocés Antiguo y Aceptado. 

Nos movemos entre universos paralelos de la matriz quántica, dando para la mente  la sensación de tiempo que cabalísticamente se representan como Atziluth, Beriah, Yetzirah y Assiah, entrelazados secuencialmente desde Tiphareth en la denominada Escala de Jacob. En el portal de cada sendero hay un arquetipo angélico manifestado en frecuencias vibratorias  que solo permite acceso cuando el trabajo en cada sephirah ha sido desarrollado a plenitud y conscientemente. Es un verdadero pregrado de excelencia donde la supervisión es personal y meritoria para sumar peldaños en camino hacia el postgrado de la Liberación, condición que consolida la identificación entre la emanación y el Emanador. Es una perfecta y permanente interacción de comportamiento y estímulo psico-mental hacia una verdadera identidad divina que debe manifestarse siempre en la humildad, el servicio desinteresado y la felicidad, en un universo espiritual donde no existe ni el optimismo ni el pesimismo, el ayer o el mañana, solo la H-armonía en la grandeza.

Por la escalera simbólica suben y bajan diferentes energías a través de los 22 senderos electromagnéticos. Dichas energías fungen de apoyo para facilitar y complementar el trabajo del Iniciado, ya que nunca se está solo en el camino evolutivo. Sin embargo, es indispensable no caer, no desfallecer, porque cada descenso compromete nuevamente iniciar el ascenso. El camino hacia la Reintegración de los Seres está construido de alicientes necesarios muy sencillos de alcanzar pero exigentes de disciplina y continuidad.

Existe una relación perfecta entre el ADN y la Escala de Jacob que va más allá de una mera simbología, motivo por el cual al trabajar el contenido kabalístico desde su ubicación en la mente en forma de imágenes, se generará un efecto sobre la estructura del ADN.  Cada célula humana tiene conciencia y el conjunto total de células se copian de manera permanente y repetitiva en todo el cuerpo gracias a la presencia de cadenas de ADN.  El ADN corresponde a cientos de miles de moléculas estructuradas y repetidas de un azúcar y un fosfato asociados a cuatro diferentes bases que se abrevian con las letras A, T, G, y C, que se corresponden perfectamente con los cuatro universos paralelos de la Kabbalh que identificamos como Atziluh, Beriah, Yetzirah y Assiah.


Los Élus Cohen del Universo consideramos que aunque cualquier enfoque es siempre bienintencionado, nos encaminamos hacia el segundo por su practicidad y enfoque científico en el comportamiento humano. No se trata de aparente facilismo ni de una exaltación a la bondad sino de un monumento al temple, al equilibrio y al esfuerzo. La H-armonía es un común denominador masónico que representa la interacción de las columnas de Jakin y Boaz en un espacio donde se funde la proporción y la concordancia de la existencia y su identidad gregaria para armonizar el pensamiento y la acción de la maestría humana. La H corresponde a una escalera compuesta de dos columnas y de un solo escalón: la voluntad  que hace dicotomía en la armonía para alcanzar el milagro de la grandeza. La escala de Jacob significa un derrotero ordenado de vida hacia un objetivo sublime en el campo evolutivo de la conciencia cuyo objetivo único hará posible ubicar al Ser como emanación de la fuente emanadora.

Que todos seamos eternamente felices.


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