sábado, 16 de agosto de 2014

LA COLMENA

LA COLMENA

La colmena es por excelencia dentro del concepto universal masónico el símbolo de la laboriosidad, de la industria, del trabajo desinteresado en equipo, de la colaboración y del esfuerzo mancomunado, de la perseverancia, de la iligencia.
Sin embargo, de todos los posibles significados, la humildad, la obediencia y la convivencia perfecta son los emblemas íntimamente incorporados a la simbología masónica de la colmena donde la igualdad en libertad hace posible una productividad ausente de conflicto, arrogancia y especialmente de ambiciones.


Dentro de la sociedad de abejas, interactuando en igualdad de condiciones, se manifiesta la fraternidad en la abnegada constancia  y en una incansable laboriosidad hacia un objetivo común. No existe concepto de desarrollo evolutivo que no se encuentre contemplado en esta simbología. La colmena también representa para los masones un standard más elevado de análisis económico ya que el masón, dada su condición altruista y filantrópica, no analiza básicamente a la economía como la suma de factores que generarían progreso como la tecnología, la balanza de pagos o el valor de las divisas. El vértice focal masón es el hombre como ente económico en un tablero de orden como premisa prioritaria para alcanzar desarrollo comunitario y en un estado de justicia para que el abuso, la explotación y las redes de la ambición no puedan corroer el status gregario de una voluntad única y universal.

Todos los demás factores del aparato económico productivo llegan por consecuencia y a buen término cuando la base humana haya encontrado la paz y la unidad en armonía con su naturaleza oculta.  Este mundo por ordenamiento de causalidad superior es una colmena que no fue diseñada al azar. Es un espacio donde existen recursos abundantes para que todos seamos siempre felices y prósperos, pero tenemos que desterrar y enterrar por siempre la ambición, la corrupción y la explotación del hombre por el hombre. Es este el verdadero significado de la vida y el gran objetivo masón.

                                       Flor de la Vida                                                          Proceso Evolutivo
 


La raza humana está  representada por las abejas y su colmena es, así mismo, una  simbólica representación de la Flor de la Vida o la figura armónica de nuestro  enigmático hábitat de convivencia conformado de Matriz Quántica o emanación de El Emanador. La colmena entonces está incorporada en la Flor de la Vida como la esencia del G:.A:.D:.U:. ; los hombres somos el enjambre que liba el néctar de la Flor de Vida manifestada en la sabiduría de El Emanador para crear y expandir felicidad. Es la molécula génesis de la sagrada geometría de donde todos hemos emanado como una sólida unidad idéntica e indisoluble. 

Es también el origen del imponderable Árbol de la Vida o matriz básica de las ciencias, las esencias y las formas, establecido en el psicograma del hombre como la síntesis cósmica de una Voluntad Superior.  

En realidad la organización más exacta y representativa de la Flor de la vida es la figura de la colmena y más allá de esta, el organizado interior como la enseñanza sublime y abnegada de quienes habitan la colmena y su industrioso resultado en convivencia perfecta. 

El símbolo de la colmena, plasmado en la Flor de la Vida, es el verdadero trasfondo masónico que engalana nuestro emblema universal masónico flotando  sobre el infinito firmamento de nuestros nobles ideales.


           Trasfondo de la Flor de la Vida                                                            Árbol de la Vida

La pobreza, la riqueza, la estética, la mística, la erudición, el linaje y hasta la belleza son caracteres y lilas que ocultan el estricto sentido de la solidaridad. Todos somos iguales y procedemos de la misma esencia emanadora, y mientras los humanos no luchemos decididamente por la igualdad en todas sus matices de las diferentes manifestaciones de la convivencia, no tiene sentido asimilarnos como herederos de la misma identidad divina. Y si muchos de nuestros hermanos aún están lejanos de la respectiva frecuencia de reconocimiento, no es posible que nosotros y nuestros HH:. pasemos desapercibida la oportunidad de engrandecer esta crisálida colmena que por correspondencia que aún desconocemos, nos ha sido maravillosamente asignada.

Que todos seamos eternamente felices.


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