A: L:.G:.D:.G:.A:.D:.U:.
CABALLEROS MASONES ELUS COHEN DEL UNIVERSO
HISTORIA Y PROYECCION DE LA MASONERIA EN COLOMBIA
GENERALIDADES
La masonería es un movimiento de formación y reestructuración humana en el cual tienen
cabida todas las tendencias y convicciones de carácter científico y espiritual.
Es una asociación universal, esotérica, reservada, discreta, altruista, filantrópica,
filosófica y progresiva, que tiende a inculcar en sus miembros el amor a la verdad,
el ejercicio respetable de la libertad, la practica constante de la virtud, el
sano ejercicio de la tolerancia, el estudio de las ciencias y las artes, la
pasión y la excelencia por el trabajo, y el despertar de su identidad divina, logrando
alcanzar entre sus miembros verdaderos
seres humanos, unidos por lazos indisolubles de fraternidad, solidaridad y conocimiento.
La palabra
masón significa hombre y es sinónimo
de francmasón, palabra equivalente a hombre libre. Los símbolos de la
masonería se inspiran en elementos e instrumentos relacionados con:
Sus ritos conservan un fondo de tradiciones místicas de la Antigüedad y del Medioevo con algunas adaptaciones de forma a un estado más contemporáneo.
- la construcción, como el compás, el mazo, el nivel, el buril y la escuadra
- otros símbolos como la colmena, la escala de Jacob, la espada, el mallete, el diagrama del Árbol de la Vida
Sus ritos conservan un fondo de tradiciones místicas de la Antigüedad y del Medioevo con algunas adaptaciones de forma a un estado más contemporáneo.
PRINCIPIOS Y CREENCIAS
LA MASONERÍA no implica fanatismos, ni sectarios de
ninguna clase, sino espíritus libres y comprensivos, ausentes totalmente de ateísmo y totalitarismos, practicantes de la rectitud, el orden, la moral, la gratitud, la
humildad sin servilismo y el amor fraternal.
Sus ideales se apoyan en principios universales de
verdad, igualdad, libertad, justicia y conocimiento, aplicado a varones libres de
pensamiento, probos y de buenas costumbres, de perfecta reputación, de honor,
leales y discretos. Desposeídos de defectos físicos, vicios y tendencias
amorfas, conscientes de su interioridad divina; dispuestos a trabajar por un
bienestar común hacia la generación de un nuevo orden mundial.
Proclama la existencia de un principio emanador al cual llama internamente Gran Arquitecto del Universo, pero deja
a sus miembros en absoluta libertad para dar a éste primium mobile o causa prima la denominación y asignarle los
atributos que correspondan a la creencia religiosa que cada uno de ellos
profese. Su doctrina entera se idealiza en la regla de oro universal de "AMA
A TU PRÓJIMO". Por lo tanto, no prohíbe a sus miembros ningún dogma
religioso, pero rechaza enérgicamente toda intensión de fanatismo, tiranía y autoritarismo.
Establece que el trabajo con excelencia es uno de
los deberes y de los derechos del hombre y lo exige a sus adeptos como
contribución indispensable a la prosperidad y al mejoramiento de la
colectividad. Propugna y defiende los postulados de libertad, igualdad y
fraternidad y, por consecuencia, combate la explotación del hombre por el
hombre, los privilegios y la intolerancia.
Considera posible el progreso basado en el conocimiento, el respeto a la
personalidad, la justicia social, la humildad sin servilismo, y la más estrecha
solidaridad entre los hombres.
ORIGEN
Aunque la tradición afirma que la antigua masonería se
inició en Egipto, entre los maestros y arquitectos que dirigían la construcción
de las grandes Pirámides, otros ubican sus orígenes en Israel en la época en
que los judíos construían el Templo de Salomón, la verdadera etiología masónica
es tan real como el génesis mismo de la aparición del hombre en este planeta
fruto de civilizaciones extraterrestres.
Un indicio posterior de su existencia, sin embargo,
aparece en el siglo XIII, cuando grupo de albañiles (en francés, maçons) que
querían emanciparse de la tutela de los frailes, en especial los benedictinos,
constituyeron gremios que llegaron a monopolizar la construcción, quienes para
conservar los secretos y las técnicas del gótico instituyeron tres grados:
aprendiz, compañero y maestro e implantaron ceremonias de iniciación y de
fidelidad.
Se ha pretendido remontar el origen de la masonería
en la construcción del Templo de Salomón por Hiram de Tiro, supuesto primer
masón. Constituiría el período mítico de la masonería. Aunque tal
afirmación figura en el rito de iniciación de los tres primeros grados, existe
general unanimidad en señalar el concreto origen histórico de la masonería en
las Hermandades profesionales de constructores de Catedrales y otros templos de
la Edad Media (desde el tallador de piedra al maestro albañil), establecidas al
servicio del bienestar material y espiritual de sus miembros y que, a la vez,
poseían “secretos” de orden técnico y de orden ritual o de iniciación.
Ya en el siglo XIII, estas Hermandades
establecieron las primeras constituciones góticas al servicio de sus miembros.
Se trataría del período antiguo u operativo. Dos textos de
finales del siglo XIV y principios del XV se refieren a los orígenes míticos el
Regius que relata un supuesto viaje de Euclides a Egipto donde fundaría
una escuela de geometría y construcción y el Cooke o la historia del
arte de la construcción antes del Diluvio Universal.
A principios del siglo XIV algunos
maestros alemanes viajaron a Inglaterra a construir catedrales, pero los
aprendices ingleses que trabajaban con ellos organizaron talleres propios y de
este modo redactaron la primera ley masónica (La Constitución de York) y la
Orden de la Fraternidad de los Libres Masones. Cien años más tarde se importó a
las islas británicas el estilo renacentista italiano, por cuya causa los
talleres masónicos, dedicados exclusivamente al gótico, estuvieron a punto de
desintegrarse. Sin embargo, deseosos de conservar su organización, estos grupos
admitieron gente rica e influyente bajo la denominación de hermanos patronos,
por lo cual cambió el nombre a Fraternidad de los Masones Libres y los
Aceptados.
En el siglo XVIII varios intelectuales y
científicos crearon una orden identificada con una rosa y una cruz
(rosacruces), que incorporó principios del agnosticismo, judaísmo y maniqueísmo
y popularizaron los símbolos de la escuadra y el compás, practicaron la
alquimia y la teosofía de corte inglés.
HISTORIA ESTRUCTURAL
El 24 de junio de 1717 se fusionaron las cuatro
logias de la Fraternidad con la Sociedad de Alquimistas Rosacrucianos. Al
conjunto se le llamó Gran Logia de Inglaterra y se adoptó el nombre de
francmasonería (de franç, que quiere
decir libre). En 1786 Federico de
Prusia reorganizó las órdenes masónicas, las reunificó, reglamentó su
funcionamiento, su liturgia y estructuró sus grados. Desde esas fechas la
fraternidad, dividida en diversos ritos como el escocés, el yorkino, el
francés, el egipcio, el templario y el nacional mexicano, se ha extendido por
los 5 continentes y actualmente se encuentra presente en más de 200 países,
agrupando entre sus filas a varias decenas de millones de masones. Con el
transcurso del tiempo el reclutamiento dejará de hacerse sobre la base
profesional inicial, admitiéndose a personas de otras profesiones no vinculadas
a la construcción.
Es en
Inglaterra donde se da el paso de una masonería operativa, la de los
constructores que trabajaban la piedra con sus manos y herramientas, y a otra especulativa
en la que la construcción es sólo simbólica, trabajándose a la humanidad
mediante el modelado del propio ser.
Por iniciación hay que entender entrar,
paso introductorio de un hombre que desea cambiar su modo profano de
conocer, de actuar, de ser, y de dignificarse. Ese paso se desarrolla en una iniciación
simbólica, mediante un rito que resume ese trance y que capacita al neófito
para ejecutarlo. El día 24 de junio de 1717 se funda la Gran Logia de
Londres a partir de 4 pequeñas logias que la precedieron y, en 1726, se
abre la primera logia en París.
La primera constitución moderna reguladora de la
masonería especulativa es la redactada por el pastor presbiteriano inglés James
Anderson, quien elabora en 1723 The Constitutions of the free-masons. Estos textos tienen cuatro partes: una historia legendaria de la orden y del
arte masónico, los llamados “deberes”, un reglamento para las logias y los
cantos para los tres grados iniciales.
La parte más
importante es la relativa a los deberes,
en la que establece como pilar fundamental la creencia en el Gran Arquitecto
del Universo, aunque en otros artículos procura marcar distancias con el
cristianismo a través de unas referencias al esoterismo, el secreto y al
relativismo, junto a un deísmo iluminista. Esos componentes filosóficos
ocasionaron, casi enseguida, la primera escisión: la Logia de York, de
carácter más esotérico que la de Londres, más racionalista. Pronto salta
de Inglaterra a América. Ya en 1813 se fusionan ambas logias, dando lugar a la Gran
Logia Unida de Inglaterra.
Se redacta otro texto fundamental en la masonería:
los Antiguos límites o Ancient Landmarks. Se trata del conjunto
de reglas tradicionales e inmutables, transmitidas de forma oral desde sus
orígenes hasta ese momento en que se plasman por escrito. Dicha Gran Logia
Unida de Inglaterra se constituyó en la depositaria de la tradición y de
la regularidad masónica, de carácter aristocrático y puritano en sus
orígenes. Esa regularidad se determina, todavía hoy, a partir de varios
criterios: regularidad de origen (sólo una Logia regular puede fundar
otra logia regular), regularidad territorial (una Gran Logia por país), regularidad
doctrinal (creencia en Dios, uso de un libro sagrado, exclusión de las
mujeres, interdicción de las discusiones políticas). Conforme se extiende por
toda Europa y América, la masonería acoge con entusiasmo las corrientes del
enciclopedismo del siglo XVII, del racionalismo y del liberalismo. De forma
paralela, los rituales se “enriquecen” y amplían con aportaciones
procedentes de grupos que cultivan la Alquimia, la Kabbalah, el llamado
“neotemplarismo”, la Teosofía, la moda por lo egipcio,y otros aportes.
La masonería se establece pronto en Francia, hacia
1721. De origen escocés y estuardista, se vio favorecida por el espíritu
racionalista francés, adquiriendo un carácter deísta inspirado en el
racionalismo naturalista. En España, por iniciativa inglesa, ya aparece en
1728, pero no será hasta la invasión napoleónica cuando se produzca la eclosión
de la orden. Una vez irrumpe en la historia, su presencia, más o menos
oculta, se hace notar con fuerza. El mayor número de masones se encuentra,
actualmente, en Estados Unidos de América.
LA MASONERIA EN COLOMBIA
Los criollos que acudieron al Viejo Mundo tuvieron
oportunidad de ponerse en contacto directo con los propulsores de aquél
movimiento renovador, afiliándose muchos de ellos a la Francmasonería,
impregnando así sus espíritus con las doctrinas que proclamaban la anhelada
IGUALDAD, la LIBERTAD y la FRATERNIDAD.
Entonces la ideología del enciclopedismo, fruto de
preclaros masones y filósofos franceses, abrió amplias perspectivas a los
sentimientos embrionarios de los americanos. El principio de la soberanía
popular, trajo como consecuencia el desprestigio del carácter divino de la
monarquía, con lo que, poco a poco, fue formándose en la conciencia de los
atribulados americanos el concepto de democracia y el deseo de disfrutar de las
libertades individuales y políticas inherentes al nuevo orden social, planteado
por la revolución ideológica que, como la luz de un nuevo amanecer, alumbraba
los pardos horizontes de la humanidad.
Al mismo tiempo, quienes pretendían mantener
incólume el statu quo y prolongar en el tiempo ese régimen de oprobios y de
explotación desmedida del nuevo mundo, trataron de impedir muy porfiadamente la
introducción y circulación de libros y publicaciones con el torcido aunque
ingenuo propósito de mantener sumidos en la ignorancia a los pueblos
americanos.
DESARROLLO
La masonería es promovida en el Virreinato de la
Nueva Granada por el francés Luis de Rieux iniciado en la Logia francesa, el
cual entabló amistad con Antonio Nariño y otros distinguidos criollos
neogranadinos, a los cuales enseño en el mundo de la masonería y el papel
jugado por las Logias en la Revolución Francesa.
Para el
historiador Américo Carnicelli fueron estos personajes quienes en 1793 fundaron
en Santafé la primera sociedad secreta el “Arcano Sublime de la Filantropía”
con el fin de difundir en el Nuevo Reino de Granada las ideas de libertad y
justicia social que proclamaba la confraternidad masónica universal. Las
reuniones se realizaban en casa de Nariño encubiertas como tertulias
literarias. Entre sus grandes logros se encuentra la traducción de la
declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, proclamados por la
Asamblea Nacional de Francia en agosto de 1789.
De igual forma en 1808 se establece en Cartagena de
Indias La Logia de “Las Tres Virtudes Teologales”, la cual contaba con la Carta
Patente expedida por la Gran Logia Provincial de Jamaica con sede en Kingston
(Jamaica) y además fue el seno de la conspiración revolucionaria de los
comerciantes cartageneros para independizarse de la monarquía española y además
fue el lugar donde se expusieron las ideas que llevaron al primer grito de
independencia de lo que hoy conocemos como Colombia el 11 de noviembre de 1811.
La participación de la masonería en la
independencia de la Nueva Granada es innegable; figuras tales como Simón
Bolívar, Antonio Nariño, Francisco de Miranda fueron entre otros impulsadores
del primer grito de independencias en 1811. Bajo, el periodo de la Primera
República (1810-1816) los personajes centrales en el campo de las armas y en la
política serian dos masones: Bolívar y Antonio Nariño. Bolívar, a partir de su
desembarco en Cartagena en noviembre de 1812, proveniente de Venezuela,
adelantaría exitosas campañas militares en la Nueva Granada y en Venezuela,
hasta su partida para Jamaica en 1815. Antonio Nariño seria la figura política
más destacada, con epicentro en Bogotá.
El periodo de la reconquista y la fase de las
segundas guerras de independencia, estuvo marcado por el apoyo masónico
extranjero a la causa de la República Nueva Granada. Cabe destacarse el apoyo
de las legiones Británicas e Irlandesas que hicieron presencia en La Nueva
Granada y Venezuela entre 1817 y 1820, los cuales en su mayoría eran masones,
que luego en 1818 crearon en Achaguas (Venezuela) una logia llamada Colombiana.
Otro hecho memorable fue la rebelión del coronel español y destacado masón
Rafael del Riego, quien desobedeció la orden del Rey Fernando VII de recuperar
las colonias en el nuevo mundo; el crecimiento de la masonería en el ejército
español favoreció esta desobediencia y además sirvió de plataforma para el
reconocimiento de las nacientes repúblicas. Después de 1820 la actividad
masónica se intensifico notablemente, se establecieron numerosas logias en todo
el territorio de la República de Nueva Granada.
El General Francisco de Paula Santander es
considerado sin duda la figura más sobresaliente de la masonería colombiana en
la primera mitad del siglo XIX, quien fue honrado por diferentes Concejos con
el Grado 33 y nombrado Gran Protector de la Masonería Colombiana. Santander era
consciente de la importancia que tenia la masonería para el afianzamiento de la
naciente república, por ello impulso la creación de gran cantidad de logias en
todo el país, entre ellas la primera logia de la era republicana llamada
“Libertad de Colombia”, que luego se llamaría “Fraternidad Bogotana”, así como
la primera logia Antioqueña llamada “La Concordia” en 1821.
Sin embargo la fraternidad masónica no duro mucho
en la Nueva Granada, pues los primeros años después de la independencia
vinieron los choques entre miembros de la hermandad, estos fueron Bolívar y
Santander, con influencia muy marcada de José Antonio Páez, las diferencias
políticas de estos padres de la patria, llevaron al fraccionamiento del país.
La contienda se desato porque Bolívar tentado por las ideas monárquicas y los
deseos de poder absoluto quería un gobierno centralista y fuerte, mientras
Santander abogaba por una República federal, con un tinte democrático.
De esta forma en agosto de 1828 fecha posterior a
la Convención de Ocaña el presidente Simón Bolívar declara inexistente la
constitución de 1821 y asume poderes dictatoriales, así automáticamente los
opositores al régimen autocrático de Bolívar tomaron el camino de la
conspiración. La respuesta de Bolívar no
se hizo esperar, las logias y masones fueron sentenciados y perseguidos, a
través del decreto del 8 de noviembre de 1828 se prohibió en Colombia las
asociaciones o confraternidades secretas, dejando así prohibida la masonería.
Tras un obligado receso, ocasionado por la
expedición en 1828 del Decreto que prohibió el funcionamiento de las sociedades
secretas en el territorio de la Gran Colombia y gracias al concurso de algunos
masones ingleses y jamaiquinos, se constituyó en Cartagena de Indias el Supremo
Consejo Neogranadino, el cual propició el levantamiento de columnas en
diferentes rincones de la geografía colombiana. La masonería bogotana tan solo
vino habría de reiniciar sus actividades hasta el año de 1849, al fundarse la
Respetable Logia Estrella del Tequendama, a instancias de algunos visionarios
masones españoles que habían llegado a nuestro país como miembros de la
Compañía de Teatro de Belaval, González y Fournier. Muy pronto esos masones
ibéricos despertaron el entusiasmo de muchos masones y de los masones criollos
que a pesar de todo pululaban en el medio desde los albores mismos de la
independencia.
Importante
papel habrían de jugar esos obreros del pensamiento durante la segunda mitad
del siglo XIX, a quienes correspondió eliminar los reductos del régimen
colonial y la esclavitud, crear las bases de nuestro desarrollo económico y
librar una muy dura batalla para ampliar el abanico de libertades y garantías
ciudadanas.
No obstante lo anterior, la Masonería en Colombia
cayó nuevamente en sueños en el año de 1886, perseguida y combatida con fiereza
por el movimiento acaudillado por el Presidente Rafael Núñez y distinguidos
miembros de los grupos de intolerantes derechistas que accedieron desde
entonces al poder.
Para el año de 1912 la masonería reinició sus
labores con renovados bríos y en el año de 1922 se fundó la GRAN LOGIA DE
COLOMBIA con sede en Santafé de Bogotá, por cuyas logias han desfilado muchos y
muy prestantes miembros de nuestra sociedad, algunos de los cuales han llegado
a desempeñarse en las más altas magistraturas del Estado, en el foro, en la
industria, el comercio, en la cátedra, irradiando con su conducta los
principios de nuestra augusta y benemérita institución.
El 23 de febrero de 1935 se crea la Gran Logia
Occidental de Colombia, desprendiéndose de la Serenísima Gran Logia Nacional de
Colombia. La armonía regresó a los trabajos aunque no se detiene el ánimo
divisionista, que de alguna manera aún se palpa.
GRANDES LOGROS
Uno de los grandes logros de la masonería en
Colombia ocurrió en el periodo 1819 -1854, donde los presidentes de esta época
fueron todos masones, estos fueron: Simón Bolívar, Antonio Nariño, José María
del Castillo y Rada, Francisco de Paula Santander, Domingo Caicedo, Joaquín
Mosquera, José Ignacio de Márquez, Rafael Urdaneta, Juan de Dios Aránzazu,
Pedro Alcántara Herrán, Tomas Cipriano de Mosquera, Rufino Cuervo, José Hilario
López, José María Obando y José María Melo, todos ellos en su momento
contribuyeron a la causa masónica.
La segunda mitad del siglo está marcada por las
alianzas entre masones antioqueños y santafereños con fines comerciales que
trajeron grandes beneficios para ellos y que en cierto modo favorecieron al
país.
En 1819, gracias a los actos diplomáticos
emprendidos por reconocidos miembros de la logia Fraternidad Bogotana, la
naciente República obtuvo prestamos del extranjero para suplir los déficit
fiscales que dejo el segundo grito de independencia. Por otra parte
comerciantes antioqueños masones también sirvieron de prestamistas al gobierno,
para subsanar sus penurias financieras en los años venideros.
Además, en los meses posteriores a las batallas de
Boyacá y el Pantano de Vargas, en las cuales se puso punto final a los largos
años de dominación española, se fundó en la ciudad de Santafé de Bogotá el
taller denominado "Los Corazones Sensibles", del cual era miembro
insigne el General Francisco de Paula Santander. Junto a él un selecto grupo de
reconocidos patriotas y humanistas se congregó para participar en los trabajos
masónicos de dicha logia, la que con el paso de los meses habría de adoptar
como título distintivo el de Logia "Luz de Colombia Nº 1" y
posteriormente "Fraternidad Bogotana Nº 1".
En 1935 gracias al masón antioqueño Miguel Uribe
Restrepo se libera la tasa de interés que permanecía congelada en 5% desde la
época de la colonia. En 1847 los masones antioqueños Francisco Montoya Zapata y
Raimundo Santamaría financiaron junto con el gobierno la construcción de una
empresa naviera que aprovechó la navegación a vapor por el río magdalena.
En 1848 con la liberación del cultivo de tabaco, el
gobierno entrego su comercialización a varias firmas privadas, entre ellas la
de Francisco Montoya Zapata el cual aprovechando su conocimiento y contactos en
el medio, consolidó rápidamente un imperio tabaquero en el país.
Las alianzas entre comerciantes antioqueños y la
élite Bogotana promovida por la masonería, favoreció la inversión antioqueña en
la capital y por ende el desarrollo de la misma. Para el año de 1912 la
masonería reinició sus labores con renovados bríos y en el año de 1922 se fundó
la GRAN LOGIA DE COLOMBIA con sede en Santafé de Bogotá, por cuyas logias han
desfilado muchos y muy prestantes miembros de nuestra sociedad, algunos de los
cuales han llegado a desempeñarse en las más altas magistraturas del Estado, en
el foro, en la industria, el comercio, en la cátedra, irradiando con su
conducta los principios de la institución.
MASONERÍA Y
PARTIDO LIBERAL COLOMBIANO
Las raíces del partido liberal se remontan a 1820
con Santander y sus partidarios más cercanos, sin embargo, es en la década de
1840 donde las ideas liberales de política y economía tomaron gran fuerza en el
país, se desembocaría en la creación del partido liberal en cabeza del General
Tomas Cipriano de Mosquera, Ezequiel Rojas y Florentino González. Gracias a ellos
fue posible la primera República Liberal, entre 1849 y 1854. El primer gobierno
de Mosquera se caracterizo por la inversión en educación y cultura lo que le
dio un tinte progresista y de libertad.
La masonería colombiana fue el principal soporte
organizacional e ideológico del partido liberal a lo largo del siglo XIX y
hasta finales del siglo XX, permitiéndole al país no solo alcanzar la
independencia de la colonia y de la reconquista, sino también lograr un gran
desarrollo económico con gran dependencia del comercio internacional, aumento
de la capacidad de consumo interno, crecimiento de la producción nacional y
mejoramiento de vías y canales de navegación.
La masonería representó para la iglesia católica un
peligro al poder espiritual y material ejercido pues los liberales masones
mediante políticas implementadas les redujeron además de sus ingresos
económicos su influencia en la vida política, social y de la educación del
país. Los masones difusores de ideas liberales y de carácter masón, representaron para
la educación un gran avance, pues a partir de ellos se logró consolidar la
educación primaria y superior en términos de libertad e independencia
individual.
EL PRESENTE Y CONTINUIDAD DE LA MASONERÍA EN COLOMBIA
Actualmente en Colombia existen ocho grandes Logias,
en las que operan un total de 103 logias:
- La Gran Logia Nacional de Colombia con sede
en Barranquilla. (9 Logias)
- La Serenísima Gran Logia Nacional de
Colombia, con sede en Cartagena. (14)
- La Gran Logia de Colombia, con sede en
Bogotá. (36)
- La Gran Logia Occidental de Colombia, con
sede en Cali. (15)
- La Gran Logia de los Andes, con sede en
Bucaramanga. (10)
- La Gran Logia Oriental de Colombia, con sede
en Cúcuta. (7)
- La Gran Logia del Oriente de Córdoba, con
sede en Montería (3).
- La Gran Logia Benjamín Herrera con sede en
Santa Marta. (9)
- En el año 2007 ingresa a Colombia La Augusta Orden de los Caballeros Masones Élus Cohen del Universo, nacida en Francia bajo la prestancia y dirección del I:.P:.M:. Jacques Joachin de la Case Martines Depascually Delatour.
- En el año 2007 ingresa a Colombia La Augusta Orden de los Caballeros Masones Élus Cohen del Universo, nacida en Francia bajo la prestancia y dirección del I:.P:.M:. Jacques Joachin de la Case Martines Depascually Delatour.
En estos momentos los Masones en Colombia son unos
1.800 aproximadamente, distribuidos en las grandes logias antes mencionadas,
cifra realmente insignificante. Hablamos de los Masones activos, porque son
muchos más los que se encuentran en sueños y demasiados los que se han retirado
por su edad, por desilusión o porque han creído cambiados los objetivos y
propósitos que se persiguen dentro de la filosofía que a ellos los inspiró en
el momento de su ingreso. Sin contar aquellos que de alguna manera han sido
sancionados y que no se logra definir si están adentro o afuera.
En un esfuerzo de imaginación que no corresponde a
registro estadístico cierto de ninguna naturaleza, bien se puede decir que la
población masónica colombiana, entre activos y aquellos que no lo son pero que
de alguna u otra manera han estado vinculados en cualquier momento de su vida a
la Orden no supera la cifra de 50.000 hombres. Frente a una población de más o
menos 45.5 millones de habitantes, de los cuales bien pueden ser la mitad de
hombres (22.6 millones); no es un número muy alentador, ni significativo en lo
meramente cuantitativo (0.002%), y posiblemente cualitativo.
La Masonería se inició en Colombia con la
participación de hombres demasiado influyentes y que por supuesto, en su casi
totalidad, tenían su situación económica en circunstancias ventajosas, por lo
que sus constantes contribuciones a la causa eran voluminosas y pudieron embarcarse
en obras y sedes que hoy día son bienes difíciles
de conseguir. Para decirlo de una manera directa: los Masones de antes
eran hombres ricos o con extraordinario poder de influencia en el manejo de lo
público y lo privado. Podían darse el lujo de ser muy pocos, porque su nivel de
influencia se consideraba desde el poder que manejaban, no desde la membrecía.
La Masonería de hoy es de clase media. Hay
unos pocos hombres con fuerte poder económico. En general se trata de
ejecutivos, profesores universitarios, profesionales independientes. Casi todos
son personas pulcras, con hojas de vida limpias y de posiciones muy destacadas,
algunas incluso con manejo de poder desde lo público y lo privado. Con un
promedio de edad que ronda los 50 años.
Es una
Masonería con una delicada tendencia a la informalidad, lo que de alguna manera
puede atentar contra las tradiciones esenciales de ella, pues de las mismas se
nutre su diferencia con otra clase de organismos que bien pueden poseer
intereses materiales de servicio comunitarios que no se distinguen en mucho de
los que buscamos nosotros. Esta puede ser una de las causas para que
algunos se hayan retirado de la actividad, a pesar de tener una larga hoja de
vida masónica, pero que discrepan profundamente de esa posibilidad de que
la entidad termine por parecerse a un club, por
elegante que aparezca. En nuestro organismo las ritualidades y
condiciones de respeto no pueden ser desvirtuados en ningún momento,
porque hacen parte de lo esencial de lo que ha
sido, es y debe seguir siendo. Esa informalidad implica en no pocas
ocasiones que muchos que se acercan con el ánimo de ingresar en sus filas, se
detengan en sus intenciones, pues buscan algo diferente, con un tanto de concepción
mítica y misteriosa que aún se conserva. La formalidad es parte de la
institución y perderla es atentar contra su estabilidad característica.
La historia se escribe hoy para un posible mañana.
Una cosa es vivir la gloria y el honor de los ilustres masones que nos antecedieron
y otra es escribir con ejemplos y realizaciones el contenido de la historia
desde hoy. Hay muchos cambios que ejecutar en el seno de la Masonería de hoy si
realmente se desea mostrar y desarrollar un gran contenido. El espíritu mismo
del masón promedio se muestra débil; se ha venido perdiendo su parte mágica y
descuidado su enfoque espiritual. Se es masón para siempre pero hay que
demostrarlo y mientras exista la rutina se tiende al abandono. La dinámica
masónica no puede perderse; aquí también procede la innovación. La calidad de
algunos de sus miembros no es la deseable y aunque se hacen esfuerzos muy
generosos por mantenerse selectivos, pueden fallar los filtros, y a eso hay que
llegar. Existe una noble deficiencia en la selección, motivo por el cual
básicamente cada día somos menos los que pertenecemos y posiblemente somos
menos los verdaderamente representativos de nuestros ideales. Solamente observemos no solo las columnas que se
han derribado, sino las que aún en pie están derribadas.
Se ha venido observando una deficiencia en la
gratitud y en el fondo de identidad masónica entre Hermanos, descuidando los
conceptos pragmáticos de fraternidad y de igualdad. Son pocos los HH que en
honor al juramento trabajan por ellos y por la Orden, hablan mucho, escuchan
poco y producen nada. Algunos HH olvidan que la grandeza de la Masonería es la
sumatoria de la grandeza de sus miembros.
Cuando se pretende consolidar el presente nadie
puede ignorar el pasado. Este, en cuanto corresponde con nosotros, se encuentra
en toda la filosofía que con el paso de los tiempos se ha edificado por quienes
nos precedieron y sentaron los principios sobre los cuales se mantiene. El
estudio de la filosofía masónica es un deber ineludible de todos, aunque no
existan factores coercitivos que conduzcan a tal situación, como que todos
hemos llegado y nos mantenemos dentro de la institución de manera voluntaria,
que no puede ser abandonado jamás, ni siquiera descuidado. Lo que se identifica
ahora es que el estudio de esta filosofía luce abandonado. Demasiadas veces se logra identificar que
muchos Hermanos ni siquiera conocen los estatutos y la Constitución de sus
organismos administrativos y por supuesto no han tenido ni siquiera la
curiosidad de adentrarse en el estudio y análisis de temas de reflexión simbólica
que constituyen la razón de ser de los Masones, pues si se llega solamente a
asistir a unas Tenidas, a cotizar unos per-cápita y de vez en cuando
participar en reuniones de integración, la rutina tiene que llegar pronto y de
ahí a la deserción solamente hay un paso. Si no se descubre lo
profundo de la Masonería, contenido en sus tratados y principios filosóficos, y se enriquece el acervo cultural, la monotonía de ser Masón no tardará. Conocer a fondo la Orden es un
deber, que ahora se percibe adormecido y ello repercute en la sensibilidad de su
composición. Sin embargo, somos grandes. Unidos en nuestros más grandes ideales nos harán
invencibles.
Por Él y en Él.
En Bogotá, República de Colombia a los 21 días del mes de Marzo del año 2009, año masónico 6009.
En Bogotá, República de Colombia a los 21 días del mes de Marzo del año 2009, año masónico 6009.
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